La conclusión más clara es: las dietas no funcionan porque la mayoría de planes de adelgazamiento están basados en la fuerza de voluntad y es por ello por lo que no funcionan pues, nadie tiene la suficiente fuerza de voluntad como para resistir la tentación si está continuamente enfrentándose a ella. Nuestros cuerpos y cerebros no están preparados para resistir ante la abundancia de comida, pues va en contra de nuestro imperativo biológico, que es sobrevivir
Perder peso sin hacer dieta (9 consejos)
Muchas veces cuando n os ponemos a dieta, lo único que conseguimos es el efecto contrario, ganar más peso que el que teníamos. Nuestros cerebros están tan adaptados a buscar comida que cuando restringimos su ingesta se crea una respuesta psicológica en forma de estrés que, al final, acaba facilitando la ganancia de peso.
Hay cientos de estudios que han tratado de facilitar la perdida de peso y aquí os traemos las 9 estrategias que han sido probadas cientificamente para conseguir perder peso de forma eficaz y, sobre todo, para mantener una alimentación saludable durante toda nuestra vida, sin grandes esfuerzos ni lamentos.
Empieza todas las comidas con verduras
Al hacer esto, descenderá nuestra hambre tras haber tomado la parte más saludable del menú, y comeremos menos del resto.
Haz que los alimentos saludables sean fáciles de comer
Cuanto más fácil sea para nosotros acceder a la comida sana, más la tomaremos, asi que es mejor llenar la nevera o tener siempre a mano comida saludable.
Haz que los alimentos poco saludables sean difíciles de comer
Si colocamos la fruta en un bonito bol al lado del lugar donde dejamos las llaves, es más cómodo, atractivo y normal que elijamos un plátano en vez de un helado de chocolate. No debemos pensar que comemos ciertas comidas sólo porque son sanas, tenemos que pensar que lo hacemos por que están ricas
Trata de que comer requiera cierto esfuerzo
Los humanos somos muy cómodos; tanto que si existe el más mínimo obstáculo entre nosotros y la comida nos conformaremos con lo que tenemos a mano. Esta es la razón por la que comemos tantísimo cuando vamos a un bufé libre. Algo parecido ocurre si nuestra nevera está completamente repleta de miles de cosas ricas. Es mejor que vayamos comprando la comida poco a poco, al igual que es mejor llevar a la mesa una ración normal y no una fuente con todo lo que hemos cocinado. Así será mucho más sencillo no tener la tentación de repetir, sólo el hecho de que estemos obligados a levantarnos hace que decidamos que no tenemos tanta hambre.
No pienses que la comida saludable es saludable
No debemos pensar que comemos ciertos alimentos sólo porque son sanos, tenemos que pensar que lo hacemos porque están ricos.
Entrena tu mente para obviar la comida que engorda
Por mucho que trates de mantenerte alejado de la comida poco saludable habrá muchas ocasiones en las que la tengas a tu entera disposición. En esos momentos, trata de pensar en algo abstracto: en vez de castigarte con la buena pinta que tiene ese donuts y lo rica que parece esa pizza piensa que no estás viendo comida, sino una exposición de arte pop.
Si te enfrentas a una situación difícil, traza un plan
Si sabes que vas a ir una fiesta llena de comida apetecible y nada sana traza de antemano un plan para no ponerte las botas. Y recuerda que la fuerza de voluntad no funciona. En vez de pensar “no voy a coger ninguna de las frituras que están pasando delante de mis ojos” piensa algo como “voy a coger sólo una cosa de cada, para probarlo todo”. Es muy probable que esta segunda estrategia funcione mejor que la primera. Evita ir al supermercado y haz la compra en el la frutería, la pescadería y la carnicería de tu barrio
Conoce tus debilidades
¿Compras siempre una chocolatina cuando paras a echar gasolina los fines de semana? Trata, sencillamente, de pagar en el surtidor y no en la caja. ¿Llenas siempre el carrito de la compra con cosas que, sabes, no son del todo saludables? Trata de no pasar por el pasillo de los dulces, la bollería o los platos precocinados
Disfruta de la comida
Si nos concentramos en las comidas, disfrutando con intensidad cada bocado, no sólo disfrutaremos más. Hay evidencias de que al saborear la comida, estarás satisfecho con raciones más pequeñas.